miércoles, 29 de septiembre de 2010

Una noche de perros

No es que haya pasado una mala víspera, ni que los canes hayan ladrado protegidos por el amparo de la oscura nocturnidad.

Una noche de perros es la primera obra del ácido actor que interpreta al igualmente ácido Dr. House. Y esa acidulidad se hace patente en esta obra. Hugh Laurie ha reescrito una novela de espías como si hubiera visto demasiadas veces la pelicula Top Secret.

La historia en sí viene a ser la típica novela de espías y contraespías, con personajes varios que van desde el honesto fracasado que se gana la vida como puede, lo que se traduce en meterse en líos de lo más embarazosos, a policías corruptos, jefes de policía ingenuos, el malo malísimo y su séquito y alguna mujer que otra.

El libro ha tenido la gran suerte de ir mejorando página a página y de que yo tengo más paciencia que un santo en cuanto un escrito cae en mis manos. Le cuesta mucho tomar forma y parece divagar entre varias opciones hasta que se define la trama y se mete de lleno en ella.

Si seguís mi consejo y lo leéis, yo no haría caso a las reseñas que lo alaban y lo ensalzan hasta niveles que, en mi opinión, no creo que merezca.

Las páginas rebosan ironía. Esta ironía, al principio es muy cansina para mi gusto. Luego la cosa cambia y no sé si es porque uno se va adaptando a la pluma mordaz o que el tono se vuelve más suave y se centra en la acción y no en el sarcasmo.

Es un libro que tiene momentos divertidos, como no podría ser de otra forma conociendo el currículum del escritor. Me ha sorprendido saber que ya hacía tiempo que había visto su cara y reído con sus gestos, como os sorprenderá a vosotros si no habéis indagado o nadie os lo ha dicho. Me refiero al pasado de Hugh, cuando interpretaba a varios personajes en “La víbora negra”, serie que me hizo pasar muy buenos ratos.

La cosa empieza con una escena de acción trepidante y se sitúa en Londres, en donde discurre buena parte de la novela. Me fue imposible no ver al popular doctor luchar cuerpo a cuerpo o montar en su motocicleta por las calles y carreteras inglesas mientras leía. Poco a poco van apareciendo personajes más o menos relevantes y la trama se traslada a otros lugares que no son difíciles de visualizar.

Hay un trasfondo que encontré interesante como lector y persona y que revelaré de una forma muy superficial. Se trata del comercio de armas y de todo el entramado que ello conlleva, aunque no daré más datos para no romper la magia de la lectura.

En fin, un libro entretenido pasadas unas cuantas de las 315 páginas que tiene y que permiten descubrir el talento especial que para la escritura ha demostrado tener Hugh Laurie. Espero leer pronto su segunda novela y así poder definirlo un poco mejor.

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