sábado, 28 de abril de 2012

“El abuelo que saltó por la ventana y se largó”

Martes, 25 de abril de 2012
Biblioteca de Puigcerdà, 9:57
Había que ser puntual si no quería que se me adelantaran.

Fieles a la tradición de montar la paradita de libros en el día de Sant Jordi, allí estaba la de la biblioteca Comtat de Cerdanya. Un montón de libros se apilaban en una improvisada mesa.
En un expositor aparte había las novedades que salían a la luz ese día y que a la mañana siguiente estarían a nuestra disposición. Así que el martes, con un alivio en el cuerpo debido a la liberación (de la que tendré ocasión de hablar; como adelanto diré que mi alter ego ha abandonado al esclavista y explotador de su jefe) y la vista puesta en retomar mi actividad escritoril, salí de casa con el objetivo de ser el primero en conseguir el ejemplar de “El abuelo que saltó por la ventana y se largó”, libro del que no pararon de hablar en todo el lunes.

Había tres personas delante mío más una cuarta que llegó segundos antes de que abrieran las puertas. Las primeras no parecían interesadas en las novedades, pero la última dejó escapar un lamento cuando vio que cogía entre mis manos el libro de Jonas Jonasson. El que no corre vuela.
Los dos habíamos escuchado que había sido un éxito y queríamos comprobarlo por nosotros mismos, y más si el servicio público de bibliotecas nos daba esa oportunidad... por partida doble. Habían adquirido el libro en castellano y en catalán, con lo que los dos podríamos disfrutar de su lectura.
Y así, con una novela calentita bajo el brazo, me fui a casa decidido a recuperar el sano vicio de leer, tan abandonado últimamente.
Hoy, cinco días después, lo devolveré, convencido de que hay lista de espera, para que otra persona pueda disfrutarlo.

“El abuelo que saltó por la ventana y se largó”, de Jonas Jonasson, está editado por Narrativa Salamandra y tiene 403 páginas lectivas, llenas de humor y aventuras. Fácil y ameno de leer, les doy la razón a quines hablaron favorablemente de él.

El protangonista es Allan Karlsson, un centenario anciano que decide fugarse justo el día en que cumple un siglo de vida de la residencia donde vive, tras una larga vida de periplos inimaginables.
Que un hombre que cumple cien años tenga la fuerza suficiente para rapelar desde el primer piso hasta el jardín y darse a la fuga me tendría que haber puesto sobre aviso de que iba a ser algo digno de ser leído, aunque me preguntaba de qué manera sería el autor capaz de estirar una historia así. No había otra forma de averiguarlo que leer el libro hasta el final. O esperar a que te lo cuenten. Pero de esta manera se omiten muchas cosas y uno no termina de quedar satisfecho.

El autor empieza a liar un embrollo monumental, una historia increíble en la que se van a ir añadiendo protagonistas a medida que se avanza en la lectura, aunque también van desapareciendo otros de la forma más insólita.
Porque el entrañable abuelete en cuestión no es un yayo cualquiera. Dejando a un lado su longevidad y su demostrada agilidad, tanto física como mental, su vida ha sido un cúmulo de emocionantes vicisitudes que el autor nos desgrana intercalando las etapas de su existencia pasada con la aventura que vive tras fugarse del asilo.
Nos hará viajar por medio mundo y contará los encuentros del viejo con un repertorio de personajes populares de lo más pintoresco. Vamos, que por poco no se va a la Luna.

Su inteligencia y sangre fría, su carácter apolítico y su pasión por la bebida le han hecho llegar a viejo sin demasiados remordimientos. A veces lo veía como un poco chaquetero, capaz de vender su alma y sus conocimientos a cambio de algo tan simple como una cena y una copa de licor, pero el temperamento jovial hace que se le perdonen sus actos, algunos de ellos de una irresponsabilidad enorme.

En fin, un libro divertido, rápido, plagado de referencias históricas y de lugares conocidos. Un buen debut para el escritor que ha logrado que me imagine contándoles a mis nietos una historia como esta.




martes, 10 de abril de 2012

Esto pinta bien

Y no porque tenga que ver con la pintura, no. Pinta bien porque el cuadro que se dibujó este pasado fin de semana es digno de enmarcar. Aviso que no será muy extenso, porque últimamente lo de la conexión a Internet brilla por su ausencia y no puedo “crear” a mi antojo. Se hace lo que se puede.


Los nuestros nos ofrecieron un espectáculo en la primera de las carreras del calendario que espero y deseo que sea el inicio de una larga tradición. Como lo fue la de aquel glorioso 2010 en el que Màrquez, Elías y Lorenzo se impusieron en sus respectivas categorías.


La verdad es que fue un poco complicado poder visionar las carreras. Tras buscar en la página web de Telecinco fui derivando mi búsqueda hasta encontrar que en mitele.es había el preciado enlace. Tardé más de lo que mi paciencia soportó, pero finalmente se cargó la carrera de Moto3.


Había escuchado al equipo de comentaristas en la carrera del CEV en Jerez y eso ya me había puesto en antecedentes, por lo que tampoco me puso demasiado de los nervios cuando oía alguna tontería que otra, rectificada, a veces sí a veces no, por los maestros Noyes y Nieto, a quienes si que apetecía escuchar.


Ponerle nota a la relación de acontecimientos se vería premiado con un 7, siendo generosos y aplicando el antiguo baremo que la Logse se cargó.

No ayudó mucho la realización de la retransmisión ni la nueva rotulación con la que hemos de seguir la progresión de la carrera sobreimpresionada en pantalla, algo a lo que creo que nos acostumbraremos.

La retransmisión de las carreras fue totalmente diferente a lo que nuestros oídos estaban familiarizados. Se echaban de menos las voces de Crivillé y Ernest, a quien tuve la ocasión de conocer y saludar y a quien oirán quienes sigan los JJOO de Londres este verano.


Dos cosas me llamaron mucho la atención: la imposición de la emoción, una “relatación” de los hechos realizada con el corazón, y un marcado nacionalismo español, con el episodio que rozaba la vergüenza ajena cuando la comentarista se arrancó a gritar "Yo soy español, español, español", amén de tener que escuchar repetidamente frases a favor del fervor patriótico.

También había momentos en los que la tontería supina se apoderaba de todos ellos a excepción de Noyes y Nieto, pero en general me dejó un buen sabor de boca. Pensaba que iba a ser peor.


En cuanto al miedo que tenía de volver a ver anuncios en una carrera, algo que ya quedaba en el olvido, la cosa no fue tan grave al ver el GP en diferido por Internet, aunque me dicen por ahí que fue un desastre y que en la última vuelta de Moto3 hicieron un corte que puso de los nervios a todos los que en ese momento estaban pendientes de la tele.


Entrando en materia motera... ¡qué decir! Desde principios de septiembre que no veíamos a tres de los nuestros subirse a lo más alto del cajón.

De entrada Maverick Viñales, el último ganador de una carrera de 125c.c. y el primero en ganar una de Moto3, dio toda una lección a sus rivales y se impuso de manera clara, tras un sorpresivo inicio por parte del italiano Romano Fenati. Muy bien Salom, cuarto.

Moto2 sigue siendo espectáculo puro, pero esta carrera fue, además, bonita, cardíaca, luchada. Con un Màrquez que retornaba sin apenas haber hecho pretemporada se encontró batallando con un grupo muy numeroso, algo que entre el olvido y el parón entre un año y otro, hacía tiempo que no veíamos. Un grupo en el que se encontraban Pol Espargaró y Tito Rabat, a un nivel increíble, luchando codo a codo con el digno merecedor del título el año anterior junto a pilotos de la talla de Iannone, Luthi, Di Meglio, todos metidos en un grupo de siete jabatos enzarzados en dar lo mejor de sí en este inicio de temporada.

Finalmente Marc se impuso a sus competidores y salió victorioso de la lucha, por delante del italiano y de Pol, tercero. Rabat fue cuarto, un muy buen puesto.

Tocaba cargar la carrera de Motogp en el ordenador. Toda una odisea.


Desde que se dio la salida se vio claramente que la lucha iba a ser de tres, los tres mosqueteros. Salida marca de la casa de Pedrosa, que pasó del 7º al 2º, solamente privado en ultima instancia de la primera posición por parte de un Lorenzo que hizo un por fuera que también tiene copyright.

Stoner les alcanzó y rebasó sin demasiada dificultad, y así parecía que terminaría la carrera, girando vuelta tras vuelta en la misma posición. Pero a pocas vueltas del final los augurios de los histéricos comentaristas se hicieron realidad y de manera radical Lorenzo alcanzó a Stoner, quien también se vio superado por Pedrosa. Primera victoria para el mallorquín y segundo puesto para un Dani que no las tenía todas consigo. Stoner se quedó en la tercera posición por el síndrome compartimental que sufre en su brazo derecho y que es reacio a hacerse mirar.


En el parque cerrado, palabras de ánimo para Joan Lascorz y su família y abrazos entre dos pilotos que hace tiempo ni se dirigían la mirada. El tiempo todo lo cura y la hostilidad manifiesta parece ser historia.


Esperando ver las carreras de Jerez en vivo y en directo y poder hacer una crónica un poco más seria, hasta la próxima.


Por cierto, también espero tener conexión para cronologiar las mentiras de Mariano Rajoy y su equipo.