miércoles, 1 de septiembre de 2010

De regreso de las vacaciones

Ayer me recordaba un ser querido que tenía esta parcela de mi vida un poco olvidada. Como todo hijo de vecino, este servidor se había tomado unas vacaciones, inmerecidas totalmente. Pero es la ventaja de ser tu propio jefe: tú decides cuando trabajar y cuando dedicar tu tiempo a quehaceres más importantes (entiéndase por quehaceres importantes tumbarse en el sofá a chupar tele, leer, ir a la piscina a tomar el Sol o trabajar en otros proyectos).

La verdad es que no encontraba motivos que realmente me hicieran sentarme delante de la pantalla y transmitir mis pensamientos al resto del Mundo. Los medios informativos no son lo mismo sin sus grandes estrellas y si bien es cierto que no por ser verano el planeta deja de girar, en período estival o las noticias pierden gran parte de su interés o somos más bien nosotros somos los que perdemos el interés por las noticias. ¿Será el calor? ¿El bochorno atenúa y apacigua el ánimo? Probablemente.

Además este verano tampoco he encontrado noticias que me hayan influido exageradamente. Podría haber escrito sobre los incendios que asolaron los alrededores de Moscú o las inundaciones que hicieron lo propio en Polonia o el reciente regreso a casa de los secuestrados Roque Pascual y Albert Vilalta, pero yo ¡estaba de vacaciones!

-No has escrito ni sobre las motos. Me decía.-Y ya han hecho dos carreras.

Las motos. Pues si tengo que escribir sobre motos empezaré recordando que me cagué en Dorna, en dirección de carrera, en la FMI, en el realizador y en la madre que los parió a todos ellos, este domingo pasado. Tal cual. La gracia de ver las carreras por la tele es que puedes seguir los acontecimientos. Menos cuando hay un gilipollas tras los mandos que en vez de transmitir imágenes interesantes del encuentro hace un seguimiento exhaustivo de una caída, con repeticiones desde varios ángulos por si se nos escapa algún detalle o con planos eternos del interior de los boxes que no interesan una mierda mientras en el asfalto los pilotos luchan por ganar y/o no perder una posición. En este aspecto la cosa no mejoró en ninguna de las tres carreras.

Me pareció indignante que sancionaran a Màrquez con 20 segundos, tras hacer una remontada espectacular debido a que se cayó cuando iba escapado. Sí, se cayó, levantó su moto, pasó a los últimos puestos que le permitían ganar puntos y a partir de ahí fue escalando posiciones hasta cruzar por línea de meta en 5ª posición. Pero cometió un fallo, hizo un recto y aunque esperó para pasar a la acción y proporcionarnos un final de carrera espectacular, dirección de carrera se lo hizo pagar, en mi opinión, de forma exagerada, relegándolo a la décima posición, cuando iba octavo antes del fallo. Aplicación estricta del reglamento.

Valoración positiva, pese a todo, de los nuestros, con 7 pilotos españoles entre los 12 primeros, con Nico Terol como ganador y Pol Espargaró, que parece haber perdido fuelle, en tercer lugar. Entre ellos Sandro Cortese subía al segundo cajón del podio.

Antes del turno del inicio de moto2 anunciaron que emitirían un reportaje de las carreras de dirt-track que se celebraron el sábado por la noche. Lo esperaba con expectación y fue un chasco; imágenes cortadas de los pilotos en acción, comentarios del hijo de Dennis Noyes que no revelaban grandes novedades y un montaje que no me terminó de gustar.

Nada más empezar la carrera de la nueva cilindrada, hubo un par de accidentes con varios pilotos involucrados, algo tristemente habitual en esta categoría, lo que provocó que se parara la carrera.

El reglamento impide que un piloto tome la salida de la siguiente carrera si no vuelve con su moto al box en cinco minutos. Esto impidió que Álvaro Bautista y Aleix Espargaró pudieran finalizar en Sachsenring. Pero USA es USA y quienes se fueron al suelo en moto2 fueron, nada más y nada menos, que los yanquis Jason Di Salvo y Roger Lee Hayden. Este último corría en el equipo American Honda, equipo que tiene como Team Manager a Kevin Schwantz, ídolo donde los haya e icono del motociclismo. En el momento que se anunciaba que R.L. Hayden y Di Salvo quedaban excluidos de la segunda carrera, la cámara enfocaba a un Kevin Scwantz corriendo tras uno de los jueces. Y esta vez el realizador tuvo a bien de seguir enfocando como discutía con él el tiempo necesario para ejercer su influencia y conseguir que su piloto retomara la salida. Y como ya se había roto el reglamento para uno, Di Salvo también se benefició y pudo salir en la segunda tanda. Muy bonito. Todo un ejemplo de que las normas se pueden modificar dependiendo de quién sea el afectado, algo que la FIM siempre ha negado por activa y por pasiva. Coincido con Ernest Riveras en su indignación y añado la frase que o follamos todos o petamos la muñeca hinchable.

Con todas las motos rodando otra vez el manresano hizo gala de la fuerza sobrehumana que tienen los pilotos y se sobrepuso a todo un fin de semana con fiebre, ganando la carrera con una gran maestría y su particular y habitual lección de pilotaje. Detrás suyo llegó un magnífico Julián Simón y completó el pódium Scott Redding.

Motogp fue un recital para Dani Pedrosa, imponiéndose con su arte y magistral dominio por delante de un inspirado Ben Spies que corría en casa. En tercer lugar llegó un Jorge Lorenzo que no mostró tanta efusividad como cuando termina ganando a sus rivales, con sus teatrales celebraciones. Esta vez la teatral celebración se tornó en melodrama. Curioso. Debe ser la costumbre.

Volviendo a la dejadez veraniega, tampoco he escrito sobre los libros que me he leído en estas últimas semanas, esperando mi turno para leer, ansioso, el tercero de Millennium, que ya tengo en mis manos (para ser exactos no lo tengo en mis manos (ya que no podría escribir), está en la mesa del comedor).

Se presentan días de frenética actividad por mi parte y por la de mi álter ego, o sea que no avanzo nada ni prometo cosas que luego no podré cumplir. Ya se verá. Es un placer volver a la carga. Hasta pronto.



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