domingo, 8 de noviembre de 2009

La última de este año

¡Osti tu! ¡Vaya carreras que hemos tenido este fin de semana! La lástima ha sido que no he llegado a tiempo de ver la de 125 c.c., pero espero visualizarla la semana que viene.
Triplete de los nuestros (las motos hacen olvidar mis sentimientos catalanistas hasta estos extremos) en Xest, València, en la última carrera del 2.009. Felicidades a Simón, Barberà y Pedrosa por sus triunfos. Esta fecha quedará en la memoria de muchos y en la de todos los aficionados a este deporte. Tres años hacía desde que en Donnington sonó en tres ocasiones el himno español.

Nervios a flor de piel en el cuarto de litro, con un Aoyama que se disputaba con Simoncelli el campeonato, y que finalmente se ha tenido que conformar con el tercer puesto del Mundial ya que se ha ido al suelo. Directamente no me cae bien; lo encuentro un piloto guarro e innecesariamente
agresivo, no cabe en la moto, tiene el pelo que parece que lleve una peluca de payaso...Por eso me he alegrado cuando se ha quedado sin apoyo en la rueda delantera y ha besado el asfalto con su mono, sin opción a reanudar la marcha. Si a alguien no le parece bien, sus motivos tendrá, que los exponga, pero no me voy a esconder de escribir lo que pienso. Antes Aoyama me ha hecho encoger el corazón cuando se ha pasado de frenada y casi se lleva a Barberà por delante. Pero no ha sido así. El japonés se ha ido por la grava y ha podido dominar su máquina lo suficiente para no caerse y volver a pista en una posición que le permitía ganar el campeonato. Con el italiano fuera de combate la carrera la ha ganado el valenciano Héctor Barberà, que esta vez no ha hecho ninguna “Barberatta” y ha cruzado la línea de meta por delante de Bautista y De Rosa. La victoria de Héctor le ha merecido el subcampeonato. El fallecido Daijiro Kato ya tiene sucesor. No es fácil olvidar el 74.

En la categoría reina la sorpresa ha venido en la vuelta de calentamiento cuando volviendo del baño (tres cuartos de hora aguantando son demasiado) veo a Casey Stoner irse al suelo, rompiéndose la cúpula de su Ducati. El australiano tampoco se ha esforzado mucho por llegar a boxes y coger la segunda moto.
Ya en sus puestos y con la ausencia de Stoner, Rossi tenía vía libre partiendo de la cuarta posición. Pero Dani hace unas salidas increíbles (salida que no hemos podido ver entera por la mierda de la publicidad), ha sido el primero en trazar la primera curva y no ha cedido su puesto en ningún momento, haciendo una carrera de aquellas que le gustan a él, en solitario, atento solamente a las mentiras que Alberto Puig ordenaba que le colocaran en su pizarra. Iba seguido de Toni Elías, aunque el de Manresa ha durado poco en este lugar, siendo superado por Jorge Lorenzo y Valentino Rossi. Al mallorquín le ha pegado un trallazo la moto de espanto e Il Dottore lo ha aprovechado para adelantarlo y ponerse segundo, posición que no ha abandonado hasta la bajada de la bandera a cuadros. Después hemos sabido que a Jorge se le ha disparado el airbag de la chepa, se ha sentido incómodo un par de vueltas y luego no ha podido pasar del tercer puesto.

Ha sido bonito ver a Dani cruzar la meta levantando rueda, cosa que este año no ha podido hacer demasiado y dando muestras de una efusividad a la que nos tiene muy poco acostumbrados. Esperaba ver como encendía la traca, pero la imagen ha brillado por su ausencia.

También espero que esta victoria permita a Dani empezar con buen pie e ilusión la pretemporada y que pueda poner la Honda bien a punto para que el 11 de abril esté en condiciones de luchar por estar donde, en mi opinión, debe estar.

Felicitar también al que ha subido al primer cajón del podio en el octavo de litro, el ya campeón del mundo Julián Simón y a Pol Espargaró por su tercer puesto. Enhorabuena a su hermano por su papel en motogp y a todos los españoles que han volado con sus monturas este año.

El año que viene nos traerá novedades, como la categoría de moto2, pilotos que cambian de equipo y cilindrada, etc. Será un invierno duro, aguantando fútbol a todas horas y leyendo artículos para saber por donde van a ir los tiros en 2.010.
Hasta el mes de abril, en Qatar...que nos sea leve.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Desafección

Desafección ha sido una de las palabras de moda esta semana, tras el escándalo del caso Pretoria. Yo me pregunto si alguien ha tenido afecto por la política de este país en los últimos tiempos. Lo que un servidor siente sistemáticamente al escuchar las noticias es indignación. Básicamente es la indignación el motor que me lleva a sentarme y escribir. A veces pienso que no tengo derecho a quejarme, ya que en su momento no fui a votar y este es, teóricamente, nuestro ejercicio para cambiar las cosas que no nos gusten. Pero considero el sistema tan lleno de mierda, tan podrido y mal montado, que me quedé en casa, como el 25% de población que no acudió a las urnas. ¿Pà qué? Si, bueno; en principio para poder quejarse libremente, pero lo hago igual desde estas líneas, y además soy leído por parte de mis queridos lectores, con lo cual doy por cumplido mi objetivo. Ya votaré cuando realmente crea que vale la pena.

Por si alguien a estas alturas todavía no está informado y resumiendo muy mucho, Garzón (nuestro mediático juez) ha metido en chirona al alcalde de Sta. Coloma de Gramanet, a dos militantes de Convergència i Unió que en su día fueron altos cargos del gobierno de Jordi Pujol cuando éste era President de la Generalitat y a cinco personas más acusándolas de presunta corrupción urbanística. Mientras las noticias sobre el escandaloso robatorio de Felix Millet se suceden y cada día aumenta más la cifra de dinero hurtado por parte de este personaje de manera directamente proporcional a la que crece el cabreo de la plebe de sentir como se le toma el pelo. Aunque este tipo arranca sonrisas de vez en cuando. Por ejemplo, se dice que llegó a estafar 40.000 euros a sus consuegros con motivo de la boda de su hija. Con un par, si señor. A éste lo metía yo en el Alakrana, con los piratas somalís, ahora que el tema ha vuelto a las portadas.

Creo que puede ser debido a mi falta de estudios (ya que dejé colgado el 1º de Bachillerato en los exámenes finales y me puse a trabajar a los 16) que tengo una visión del mundo un tanto utópica. Si hubiera seguido, quizás tendría otra perspectiva, más formada intelectualmente, con conocimientos sobre política y economía que me permitirían pensar y escribir de otra forma. Pero es lo que hay. Con la formación que me ha dado la vida, mi manera de imaginar un mundo perfecto pasa por dos ideas que, de momento, están muy lejos de convertirse en reales. La reconversión de la industria armamentística y la abolición del dinero. En mi opinión, la globalización real de este planeta debería dejar de lado la producción de armas y munición e investigar la forma de alimentar a los 9.000 millones que se prevé que seamos en unos 40 años. Una de mis esperanzas (y ahora más de uno va a pensar, como mínimo, que estoy chiflado) es la de que por fín vengan de allá arriba y nos saquen las castañas del fuego y nos den todo lo positivo que los expertos en exopolítica anuncian.

Otro anuncio que me ha disgustado y que augura un futuro gris es que no hayan sido capaces de ponerse de acuerdo en Barcelona sobre el tema del cambio climático y que digan que en Copenhague intentaran llegar a una declaración de intenciones. Pues sí. Nos espera un futuro gris, como la nube de contaminación que aparece sobre las cabezas de las personas que habitan en las grandes ciudades, si no se actúa con celeridad. La misma celeridad con la que se deshacen los glaciares de las cordilleras alpinas o los casquetes polares. Entre 4.000 y 5.000 personas de 180 países que se mueven de un lugar a otro, de ciudad en ciudad, pagadas por nosotros y que nunca terminan de solucionar nada. Declaraciones de intenciones. Se ríen de nosotros en nuestra cara y andamos tan preocupados por sobrevivir que no nos quedan apenas fuerzas para hacer nada.

Me voy a comprar el desayuno. Hay que cuidar a estas chicas.