viernes, 2 de septiembre de 2011

La mercatocracia

Hace días que quiero escribir sobre este palabro, que seguramente alguien habrá inventado antes que yo y es que desde hace demasiado tiempo que los famosos mercados no paran de incordiar. Se añaden estos a la larga lista de cosas que no termino de entender.

No consigo entender que, aún a sabiendas de la especulación que en ellos se fragua, se siga, no ya permitiendo su existencia, sino alentando, aupando, alimentando a la bestia. Hay que tenerla contenta. ¿Contenta para qué? ¿Para que siga jodiendo la vida a los demás? No daba crédito cuando leía que se tomaban medidas para contentar a los mercados y me entraba la risa (reír por no llorar) cuando al día siguiente las portadas anunciaban que las bolsas se despeñaban.


Parece bastante claro que lo que se nos ha estado vendiendo hasta ahora como democracia se ha convertido en mercatocracia, una dictadura que ejercen los mercados y a cuyos dirigentes no consigo poner cara. ¿Exagero? ¿Quien si no está dictando lo que los gobiernos deben hacer? Ordenes que los políticos siguen a pies juntillas.


Está sucediendo precisamente al revés de como yo imagino la evolución. En lugar de posibilitar que el ser humano pueda crecer como persona se le merma de cualquier opción que no sea otra que la de trabajar para contentar al sistema.


Un artículo interesante se publicaba hace unos días en la web de ATTAC España sobre unos multimillonarios franceses empeñados en pagar más impuestos, en la línea de lo que decía W. Buffet. Tras leerlo y dar cuenta también de los comentarios que suscitó en Facebook volví a hundirme en un mar de dudas. Por una parte está la idea de la conspiración, una paranoia que no sé yo si es fruto de la esquizofrenia o si tiene algún fundamento lógico. Que todo lo que esté pasando esté orquestado por alguien o alguienes es algo que me da demasiado miedo porque hasta hace bien poco uno podía pensar: Bueno, sé el daño que hacen empresas como Novartis, BP, Repsol, así que intentaré hacer mi pequeño boicot hacia ellos. Pero, ¿los mercados? ¿Quien está detrás de ellos? ¿A quién boicoteo?

Por otro lado pienso que hay que darle un voto de confianza al género humano, y que si esos multimillonarios anuncian públicamente su intención de pagar más impuestos será porque comprenden el sentido de las palabras justicia, solidaridad, ética...


Una frase me llamó la atención y me hizo recordar que debo leer las teorías marxistas, para saber en qué coincido. Hablaban de expoliar a los expoliadores, una idea no del todo descabellada, aunque me viene a la cabeza aquél episodio de Los Simpsons en el que Lisa y un grupo de intelectuales forman un gobierno. ¿Expoliar a los expoliadores? ¿Por dónde y cómo se empieza a hacer eso? ¿El pueblo haciéndose con el control?


Demasiadas preguntas sin respuesta. ¿La tendrá alguien, la respuesta? ¿Los Iluminati, los miembros del Club Bildelberg? Giro en redondo con la idea de que seamos, tristemente, unas marionetas con las que se juega sin ningún tipo de contemplación. Quizá sería bueno saber quien maneja los hilos.


Me asusta un poco pensar que toda esta situación pueda desembocar en un estallido de violencia terrorista pero, en mi opinión, no estamos lejos de empezar a ver en los noticiarios los primeros atentados hacia objetivos como oficinas de Bolsa, sedes del FMI y otros organismos partícipes en este caos y en buena parte culpables y provocadores del mismo.

Contrario a que se derrame una sola gota de sangre, no vería con malos ojos la destrucción de los engranajes que mueven este absurdo motor.


Hoy he escuchado a Stéphane Hessel en Rac1 y me ha dado alguna pista sobre este tema. Coincide en que el principal problema que tenemos ahora es no reconocer contra quien luchar. Se sabe que hay un enemigo, los mercados y su dictadura, pero no es posible combatirlos como hacía él con el nazismo. Habrá que quitarles el velo...

...continuará.

1 comentario:

  1. De tus tan escasamente clarificadoras palabras apenas dos deducciones son posibles. 1- Que como tantos otros, la inmensa mayoría, entre la que por supuesto me incluyo, K.S. no tiene opinión, lo cual en un blog con un título tan contundente constituye una enorme paradoja que invita a unas sanas risas; lo que en tiempos como estos no es algo en absoluto desdeñable. 2- Que no es menos paradójico en la situación actual que sean hombres como Hessel, cercano a los 94 _ he reconsiderado el impulso inicial de escribir "tan cerca el final de su existencia" _ quienes sean los estandartes de esa quimérica revolución que, a nadie debería escapársele, debería encabezar ese grupo, tan indefinido y que conformamos tantos con tantas o tan pocas opiniones, denominado a menudo Los Jóvenes. ...The Young Ones? XD

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