viernes, 19 de abril de 2013

¿Quién es el nazi?

Lamentable noticia la de la aprobación de la ley hipotecaria que ha promulgado esta tarde el pinochetista gobierno que rige España. Pinochetista, si. Entre mentiroso y dictatorial este es el adjetivo, uno de tantos, que se merece esta pandilla.

Una pandilla de mafiosos, a cual más despreciable, quejosos de las iniciativas que la PAH lleva a cabo, iniciativas que tildan de fascistas cuando son ellos los que ejercen el poder fascio. Un poder fascio que, no lo olvidemos, ha llegado donde está a base de mentiras.
Una pandilla de mafiosos que adjetiva con mucha alegría a parte del pueblo al que debería representar, argumentando que sus prácticas son iguales a las que hacían los seguidores de Hitler con los judíos. Ellos, en cambio, son un ejemplo de mano tendida, de cooperación y de trabajo en equipo con la oposición. Ellos no se escudan en su mayoría absoluta para imponer, ya no su ideología, que no tienen, sino las doctrinas dictadas por la troika. No, ellos no son los descendientes de ese partido que aglutinaba a gobernadores franquistas, expresión del fascismo que se vivió en este país.

Los políticos del PP se sienten ofendidos ante las acciones que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca hace delante de sus casas. Personas que muestran su descontento en el mismo hogar de quienes han votado esta tarde que los que no puedan pagar el crédito que pidieron se queden en la calle y deban las cuotas, sin poder dar su vivienda como pago saldando así la deuda. Aunque...¿podían darla cuando firmaron lo que iba a ser su sentencia? No, cuando los ilusionados firmantes de una hipoteca rubricaron el contrato ya la ley era abusiva. Aún así, millares de personas aprobaron con su signatura las condiciones impuestas. Les parecieron bien, en su momento, las reglas del juego. Nadie se lanzaba a la calle para pedir una vivienda digna a un precio razonable, un tipo de alquiler social, otra manera de hacer cumplir con el artículo 47 de la tan manida y sacrosanta Constitución. Y si alguien lo hizo se le tildó de loco.

¿Y ahora? La asociación que dirige Ada Colau presiona para cambiar las cosas en un momento delicado. ¿Los bancos, a los que se ha inyectado cual yonqui una sobredosis ingente, van a permitir quedarse con una vivienda que no vale en muchos casos ni la mitad de su tasación? Las reglas del juego estaban para beneficiar a los bancos y no a las personas. Y el Gobierno, con su decisión, sigue arbitrando a favor de los de siempre.

Ya conocéis mi estima hacia la rebanación de pescuezos. En mi opinión debería hacerse extensiva, no solo a políticos, sino también a todo aquel que permite que estas situaciones nazcan, crezcan, se reproduzcan y nunca mueran, se reencarnen. En vez de escrachear seria bueno escarchar.


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