viernes, 18 de mayo de 2012

Medios de manipulación

Y seguimos para bingo.


El desespero, la rabia, la impotencia y la desilusión vuelven a aflorar en mí tras ver lo que está pasando.

¿Los hechos? Que no haya más de medio millar de personas que aporreen cazuelas y muestren su indignación frente a las oficinas de una entidad financiera en Barcelona.

¿El resultado? Que esa entidad financiera anuncie que retirará la publicidad a quienes hagan difusión de esta noticia.


Leo en el Setmanari Directa http://setmanaridirecta.info/ que La Caixa ha ejercido presión a los medios de comunicación en forma de chantaje, amenazando con retirar la publicidad a dichos medios.


La primera víctima ha sido una revista gratuita de Girona llamada cafèambllet http://www.cafeambllet.com/press/?p=17219 y en el artículo se puede leer el devenir del caso. Vergonzoso.


Hoy, Rac1, no ha hecho mención de los acontecimientos que se suceden allí, ni del boicot intimidatorio perpetrado por La Caixa. Una acción que le ha salido redonda, por lo menos con el Grupo Godó.

Pero no solo ahí han hecho caso omiso de que la etiqueta #occupymordor fuera trending topic en twitter, tan dados ellos a hacerse eco de las repercusiones de los hashtags de esa red social cuando les interesa. El País, El Mundo, el diario Ara, también han sucumbido a las amenazas de retirar la publicidad en sus medios si hacían mención de lo que ocurría delante de las oficinas de La Caixa en la avda. Diagonal, pues ni una sola frase había en sus páginas.


¿Esto es lo que se llama libertad de prensa? Si algo tan aparentemente inocente como un grupo reducido de personas hagan ruido delante de las dos torres se censura de esta forma, ¿qué más se nos oculta? ¿de quienes podemos fiarnos?


Porque una cosa es que un medio tenga una tendencia u otra; no te van a dar la misma información desde El Mundo que desde El País, la van a teñir y disfrazar a su antojo. Eso es bien sabido. Pero que una organización, sea la que sea, boicotee a los medios para que no se haga mención alguna de algo que tarde o temprano se va a dar a conocer, pasa de la raya.


Otro argumento más para sumar a la indignación de los que, como yo, piensen y opinen que no viven en una democracia, sino en el puro y duro fascismo mercatorial y banquero.


Las redes sociales, por ahora, sirven un poco a la verdad, y todavía hay lugares donde poder encontrar información y no manipulación.

Los adictos al actual régimen lo llamaran demagogia; los que no somos tan estúpidos lo podemos llamar como queramos, por eso somos libres. De momento.

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