miércoles, 26 de octubre de 2011

Ciao Marco

Adiós Marco. He tardado unos días en escribirte esta misiva a modo de despedida, pero tenía sentimientos encontrados. Reconocía que eras un buen, un muy buen piloto, pero lo reconocía por lo bajini. Si no te hubieras topado tantas veces con los nuestros, perjudicándolos sobremanera debido a tu manera de pilotar, no te hubiera tenido tanta rabia. Incluso habría disfrutado más de tus carreras y te podría haber animado. Pero parecías tener un imán para chocar con ellos, sacarlos de la pista o hacerlos volar por los aires. Tus encontronazos con Barberà, Bautista, Lorenzo, Pedrosa, y no una, sino varias veces, me llevaron a maldecirte hasta lo innombrable. Sobretodo cuando tres años atrás, en ese mismo asfalto que te ha quitado la vida, te erigiste como campeón de la hoy desaparecida categoría del cuarto de litro. Te llamaba despectivamente “Limoncello”, pelo de payaso y otras cosas, exaltado por tu agresivo pilotaje. Pero reconozco que eras un muy buen piloto.


Hacía tiempo que te lo advertían, pero tu seguías fiel a tu estilo, haciendo caso omiso de las palabras, consejos de otros y amenazas de dirección de carrera. Al final tus ganas de luchar te han llevado a tener el fatídico accidente que te ha quitado la vida. Y lo siento por ti y por los tuyos, lo siento de veras. Nos vas a dejar a todos con la duda de saber hasta donde podrías haber llegado. Seguro que habrías subido a lo más alto del podio, aunque hubiera sido batiendo a los nuestros y eso no me habría hecho ninguna gracia. Pero ninguna ninguna.


Ciao Marco. No te olvidaré.

2 comentarios:

  1. Em sap molt greu dir.te això tio, espero que m'ho perdonis. Però jo vaig saber de l'existència d'aquest bon home (D.e.p.) el dia que es va morir.
    Cuida't tete.

    ResponderEliminar
  2. No hay nada que perdonar. Los medios de comunicación hablan poco de otros deportes que no sean fútbol y parece que solamente les interesa resaltar las tragedias. Es vergonzoso, en mi opinión, que un domingo por la noche no se hable de las carreras que han sucedido a mediodía, pero sí se haga, incluso tres o cuatro días después, cuando hay que enterrar a alguien. La muerte vende, ¿verdad, cabrones?

    ResponderEliminar