miércoles, 26 de diciembre de 2012

Carta a los medios

Doy por hecho que este va a ser mi último escrito en este 2012 que estamos a punto de dejar atrás. El mundo sigue girando y no me he percatado de ningún cambio significativo. Más bien al contrario, el funcionamiento viene a ser el mismo, uséase, vamos de mal en peor.
Pero no hay que deprimirse. Son días de fiesta y alegría. Menos para los que sienten un odio acérrimo a estas fechas.

Al grano. No quería despedir este año sin echar una misiva al buzón de la red, esta red que nos ha dado tantas libertades y a la vez nos esclaviza cada vez más (aunque lo hace porque nosotros queremos; siempre podemos apagar el ordenador y/o tablet y/o teléfono móvil y/o cualquier otro aparatejo con conexión a Internet).

Esta mañana, al despertar, he hecho una cosa que hacía tiempo que me rondaba por la cabeza y a la que no conseguía dar forma. De debajo de las sábanas he sacado un brazo al frío exterior y he cogido el móvil de la mesita de noche, donde él reposaba también. Lo he encendido y he empezado a gravar lo que en ese momento se me venía a la cabeza.
He aquí la transcripción, corregida y ampliada.

Tengo un deseo para este 2013. Es un deseo en forma de mensaje, un mensaje dirigido principalmente a las personas que trabajan en los medios de comunicación pero también a quien quiera leerlo, a quien quiera compartirlo. Es un mensaje dirigido a ti.
Este escrito quiere ser una súplica a vosotros, en gran mayoría profesionales, quienes habéis dedicado una parte de vuestra vida a estudiar para formaros en algo tan sumamente importante y tan gratificante como es el hecho de informar a vuestros congéneres.
¡Haced el favor de dar a conocer la verdad! Se trata, simplemente, de decir la verdad.
Se trata de que llaméis a las cosas por su nombre y que dejéis de llamar crisis a lo que es una estafa en toda regla.
Los únicos que entienden la brutal inyección de capital por parte del sistema político al sistema financiero y bancario son los propios políticos y los propios banqueros, demasiado unidos tanto sentimental como físicamente. Un dinero que proviene de los ciudadanos y que no llega a ellos, sino que solo sirve para pagar las deudas que tienen los bancos entre ellos, alimentando una paranoica sinrazón.
Con el dinero que se ha insuflado a los bancos se podría haber eliminado el hambre en el mundo casi 100 veces. Aunque solo hubiera sido una, creo que la Humanidad se habría dado por satisfecha. Pero esta purria no es humana, no merece este trato.

Por eso pido, ruego, suplico que, desde vuestro poder mediático, digáis y hagáis difusión de la verdad. Y la verdad no es otra que el nombre crisis con el que se ha bautizado a este colapso del sistema no es sino una estafa, una gran estafa.
Una estafa a todos nosotros, incluyéndoos. Porque vosotros también sois personas. Que vuestro grupo o empresa esté politizado o esté condicionado por intereses bancarios no significa que no podáis decir al pueblo la verdad.
Se lo oí decir a los directores de El Jueves. Ellos se autofinancian, por lo que pueden expresarse libremente. En cambio vosotros no. Estáis condicionados por los créditos que habéis pedido a los bancos, condicionados por la publicidad que de ellos emitís. Si, luego podéis criticar en parte al sistema, hacer tertulias con grandes expertos, gastar minutos de televisión y radio, tinta en la imprenta, podéis decir medias verdades, pero cuando llega la publicidad, ahí están ellos, a partes iguales culpables y beneficiarios de esta estafa, ejecutores de hipotecas basura, inductores al suicidio de personas que no supieron ver otra salida: Banco Santander, La Caixa, Banc Sabadell, Bankia...
Poco importa el color o el signo, da igual que sea La Razón o La Vanguardia, ABC o El País, da igual que sea la Cadena Ser, Intereconomía, Rac1...da lo mismo.
Os pido a todos que dejéis de llamar crisis a algo que es simplemente una manipulación engañosa hacia todos, incluidos vosotros. Este es mi deseo para este 2013. Que dejéis de seguirles el juego y paréis de encubrir a quienes han provocado esto e investiguéis, que por algo sois periodistas.
Y nos comuniquéis sin tapujos la verdad.

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