jueves, 11 de noviembre de 2010

Vote vote vote, el Papa va en el lote

¿Qué? ¿Ya habéis decidido vuestro voto?

Por si alguien no se ha enterado, esta noche empieza la campaña electoral previa a las elecciones al Parlament de Catalunya.

Yo, o más bien escrito mi alter ego, va a ejercer su derecho a participar en esta patraña demográcica que normalmente sirve para hacer creer al populacho entre el que me incluyo que tiene la posibilidad de hacer oír su voz a través de unas personas llamadas políticos el objetivo de los cuáles , en su mayoría, es llenarse los bolsillos de dinero público y permitir que se los llenen sus más allegados.

Esta no divina comedia nos permite, por lo menos, opinar, aunque no sirva de gran cosa. Muchos ejercen este derecho en forma de voto nulo o de voto en blanco, de forma muy legítima. Pero esta inconformidad con el sistema, esta rebeldía enfundada en un sobrecito, no sirve para gran cosa. Tampoco sirve de mucho la abstención que, cuatrienio tras cuatrienio, se hace más patente en la población gozosa de ese dudoso derecho.

Los motivos son obvios aunque los políticos no quieran verlos. El descontento, la desilusión, el desengaño sucesivo y la ya famosa desafección por, en y con la política.

También hay que tener en Cuenca que votar a alguien es excesivamente complicado. Ya es difícil ser plenamente compatible con una persona con la que decides convivir o compartir tu vida como pareja, como para encontrar un partido que exprese todas las ideas, objetivos y/o creencias de uno.

El sistema se perpetua esté quien esté aposentado en la trona y eso no va a cambiar, porque se ha estructurado de tal forma que, desde las más altas instancias a nivel mundial hasta las votaciones para escoger al presidente de la escalera (bueno, a lo mejor ahí me he pasado), todo gira en torno a intereses más o menos ocultos, a los que todos, tarde o temprano, sucumbimos(...no, no me he pasado). Me refiero a la también famosa, pero con mala fama, corrupción. Mucho se ha escrito y mucho se ha dicho y se han hecho películas sobre la renuncia de los escrúpulos y la anteposición de los intereses de uno mismo a los de los demás.

¿Formara parte de la Naturaleza humana este sucumbimiento?, es algo que ahora no estoy capacitado para responder.

Todos, al fin y al cabo, deseamos vivir mejor, subir un peldaño nuestra calidad de vida, aunque a veces no nos demos cuenta y no veamos el lujo y las comodidades de las que disfrutamos sin apenas ser conscientes de ello; un ejemplo: por el precio del Tip-pex que tengo en el escritorio, abarrotado de otros enseres + o – caros, una familia podría comer hoy, teniendo en cuenta que con un poquito de suerte sólo habrán pasado dos días desde su última ingesta en condiciones, mientras horneo un pollo a la sidra con patatas y un pan.


Ese sucumbir, ese claudicar y esa injustícia general me llevan a escribir sobre una cosa que pasó este fin de semana en la Ciudad Condal, la visita de su santidad el Papa para darse un garbeo en su bus turístico particular, que mas que visita turística hizo una especie de vuelta rápida a un circuito de solo ida e inaugurar cual Pujol, la basílica de la monumental Sagrada Família. Hereu le tendría que haber avisado que las carreras se hacían en Montjuïc, aunque entiendo que la etimología del topónimo no sea de su agrado, por mucho que se llenen la boca con la igualdad de las religiones y otras beodas y beatas costumbres. En boca de todos ha estado la imagen de unas monjitas limpiando el altar, la única aparición que hizo el género femenino en la actuación estelar papal. Y en boca de todos han aparecido opiniones a favor y en contra, de total beneplácito con el asignado rol de la mujer en estos casos o de rebeldía sublevadora contra una doctrina que margina y relega la mujer a un papel secundón bajo el yugo de las voluntades y los caprichos del hombre. La opinión que sale de mi puño y letra se decanta más hacia la segunda opción, y es que...hay tanto por cambiar.


En fin, que nos esperan unos días de hartamiento propagandístico, de presión influencista votatil, con TV3 diciendo que sus trabajadores quieren expresar su descontento con la ley electoral que restringe el espacio de anunciación de las virtudes de uno u otro equipo en función de la importancia del partido (electoral, que casi se nos mezcla una cosa con la otra). En mi opinión es un poco falso eso de poner un cartelito con el mensaje de que no suscriben la noticia que están dando. Pues rebelaros ostia; no hay firma, no hay noticia. Pero si les seguís siguiendo el juego ellos seguirán saliendo en los medios impunemente, con lo que encuentro inútil esta medida.


Hasta la próxima y que ustedes la/lo boten bien. Yo por mi parte ya tengo el sobrecito preparado.





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